INTERNACIONALES
1 de mayo de 2025
El Vaticano blindó la Capilla Sixtina para el cónclave: bloqueadores de señal, escudos anti-drones y tecnología contra láseres espía

Una red de vigilancia extrema, exploraciones electrónicas y alianzas internacionales buscan garantizar confidencialidad absoluta en la elección del próximo pontífice
La preparación para el próximo Cónclave ha incluido un despliegue tecnológico sin precedentes en el Vaticano, en especial dentro de la Capilla Sixtina. Según detalló Corriere Della Sera, técnicos especializados trabajaron arduamente para convertir el histórico recinto en una zona hermética desde el punto de vista informático.
Frente a la exposición creciente, la Santa Sede se vio obligada a salir en busca de aliados. En un hecho inédito, recurrió a empresas privadas extranjeras y a la colaboración estatal internacional para construir su nueva infraestructura de ciberseguridad.Entre las compañías contratadas figuran Cip, una firma británica especializada en protocolos cifrados y defensa digital para organismos gubernamentales. Y Radure, una empresa israelí reconocida por su experiencia en tecnologías de defensa activa y vigilancia segura.Además, la Agenzia per la Cybersicurezza Nazionale (ACN) de Italia fue incorporada como socio estratégico. Este organismo coordina el intercambio de información crítica y garantiza una respuesta rápida en caso de ciberataques o filtraciones durante el Cónclave.Los avances tecnológicos del Vaticano no son una precaución abstracta, sino una reacción concreta a eventos recientes. En 2022 y 2024, el sitio oficial Vatican.va sufrió ataques cibernéticos altamente coordinados. Ambos ocurrieron en momentos de gran tensión geopolítica: el primero tras fuertes declaraciones del Papa Francisco contra la invasión rusa en Ucrania, y el segundo durante la visita de Olena Zelenska, primera dama de ese país.
Por su parte, el diario Il Tempo informó que los hackers llegaron a interrumpir el acceso al portal y alterar servicios internos, dejando mensajes que vincularon explícitamente sus acciones con represalias contra las posturas del pontífice. Diversas pistas, incluyendo patrones técnicos y tiempos de ejecución, apuntaron a un posible origen ruso. Aunque no se presentó evidencia concluyente, el mensaje fue claro: la Santa Sede es un blanco de interés geopolítico.Este escenario encendió las alarmas. Un análisis realizado en 2024 reveló que más del 90% de los sitios web del Vaticano carecían de protocolo HTTPS, lo que los hacía vulnerables a interceptaciones y manipulación de datos. La situación obligó al Vaticano a tomar medidas drásticas.