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4 de julio de 2025
Los cortes de gas argentino también afectaron a Chile: la repercusión del otro lado de la cordillera

La interrupción de la mayor parte de los envíos de fluido, menos la destinada a hogares, revivió tensiones históricas. Las explicaciones del Gobierno por las restricciones en medio de la ola de frío
Entre 2007 y 2008, Argentina suspendió unilateralmente el envío de gas a Chile, en el contexto de una crisis energética interna que repercutió en ambos países. Si bien una década después se reanudaron los envíos, el impacto persistió especialmente entre las empresas chilenas. La decisión de priorizar la demanda interna llevó a cortes en la provisión hacia Chile y desató tensiones diplomáticas junto con un clima de desconfianza.
En 2007, Chile ya enfrentaba dificultades para garantizar el acceso al gas, dependencia acentuada por la falta de este recurso procedente de Argentina. Entonces, el Gobierno de Michelle Bachelet se vio obligado a recurrir a la importación de gas natural licuado (GNL) y a otras estrategias para mantener el suministro al mercado local. La interrupción repentina por parte de Argentina produjo reacciones enérgicas en Chile, que percibió la decisión como un acto unilateral por parte de su principal proveedor en un período de emergencia. El costo fue elevado: la importación de GNL incrementó el precio del gas y generó efectos negativos en la industria chilena.El ejecutivo explicó en el marco del evento “Integración Gasífera en el Mercosur + Chile: Perspectivas” que la experiencia acumulada originó una desconfianza todavía presente, manifestada en las consultas de las autoridades chilenas acerca de la posibilidad de nuevos cortes en los próximos años.
La desconfianza surgida a raíz de la crisis de 2007-2008 se reavivó cuando, en esta ocasión y por una emergencia interna, Argentina volvió a suspender temporalmente el envío de gas natural a Chile. Con todo, la naturaleza transitoria de la medida y la explicación oficial de que respondía a una demanda interna récord en medio de una ola de frío, no disiparon la inquietud de las autoridades y empresas del país vecino.Mientras tanto, Chile activó mecanismos para mitigar el impacto. El país cuenta con la infraestructura necesaria para importar gas natural licuado (GNL), recurso determinante para enfrentar restricciones en los envíos argentinos. El terminal de GNL de Quintero, que proporciona gas a la zona centro-sur del país, continuó en operación durante la crisis. Desde la empresa nacional Enap afirmaron: “El terminal de GNL está trabajando con normalidad, por lo que no esperamos que esta crisis se convierta en un problema de desabastecimiento generalizado”.
Jasson resumió el sentir actual recordando que la crisis de 2007-2008 dejó una marca permanente