SALUD
10 de agosto de 2025
Obesidad: el diagnóstico cambió. Y es una buena noticia

Por la Dra. Virginia Busnelli (MN 110351) Medica especialista en Nutrición. Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Durante muchos años, el diagnóstico de obesidad se basó casi exclusivamente en un número: el índice de masa corporal (IMC). Si ese valor superaba cierto umbral se colocaba una etiqueta. Era así de simple… y de injusto. Ese enfoque, limitado y matemático, dejó fuera una verdad que los pacientes conocen desde siempre: la obesidad no es igual para todos. No todas las personas con exceso de peso tienen los mismos riesgos para su salud. No todos necesitan el mismo tratamiento. Y no todas se sienten escuchadas en el consultorio.
La buena noticia es que eso está cambiando. En 2024, la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) propuso un nuevo marco diagnóstico, y en 2025 la prestigiosa revista The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó una comisión internacional que lo respalda y lo amplía. El mensaje es claro: el diagnóstico de obesidad debe ir mucho más allá del peso.
¿Qué cambia con el nuevo enfoque?
Lo primero es dejar de pensar que el IMC lo dice todo. Hoy se entiende que el exceso de grasa corporal es una enfermedad cuando genera impacto funcional, metabólico o psicológico. Es decir, no alcanza con un número. Importa cómo está esa persona, qué síntomas tiene, qué impacto hay en su cuerpo y en su vida.
La nueva propuesta incluye:
- Evaluación clínica completa, más allá de lo que marca la balanza.
- Estadificación de la obesidad según las consecuencias reales en la salud (como hipertensión, apnea del sueño, dolor articular, o depresión asociada).
- Medición de la distribución de grasa (por ejemplo, el índice cintura/altura), que predice mejor el riesgo metabólico que el IMC.
- Identificación de estadios preclínicos, cuando todavía no hay clínica manifiesta, pero sí una acumulación de grasa que requiere prevención e intervención.
Es un cambio profundo, que nos lleva a mirar a la persona completa, no solo su peso.
¿Qué significa esto para vos?
Si alguna vez sentiste que en el consultorio solo te pesaban, que nadie te preguntaba cómo te sentías, o que no entendían tu historia, este cambio te incluye. El nuevo diagnóstico de obesidad es más justo, más humano y más útil.
- Si tenés sobrepeso, pero te sentís bien y sin complicaciones, podés recibir un tratamiento, pero basado en el enfoque preventivo.
- Si tenés obesidad con impacto en tu salud, el diagnóstico clínico te habilita a acceder a tratamientos adecuados: nutrición, actividad física, medicamentos o incluso cirugía, según el caso.
- Y si ya hiciste muchos intentos sin resultados, hoy sabés que no es un tema de fuerza de voluntad, sino de tratar una enfermedad real, con herramientas reales.
Un diagnóstico que abre puertas
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial. Pero con este nuevo marco diagnóstico, ya no se trata de juzgar un número, sino de comprender un proceso.
Como médica especialista en nutrición, veo cada semana a personas que cargaron con culpas, etiquetas o silencios. Y también veo cómo se transforman cuando reciben un diagnóstico respetuoso, que explica lo que les pasa, y les muestra un camino. Porque un buen diagnóstico no encierra. Un buen diagnóstico abre puertas. A un tratamiento, a un plan, a una vida con más salud y más libertad. Y sí, esta vez, es una buena noticia.